Artículo publicado el 29 de marzo de 2016 en Billage.es

¿Estás listo para el Armageddon?

Llamadme simple, pero lo reconozco, soy muy fan del cine de acción americano. Pero no de cualquiera. Donde esté una producción de Jerry Bruckheimer o una cinta del explosivo Michael Bay que se quite lo demás.

No es ningún secreto. Siempre que puedo grito a los cuatro vientos que en mi opinión la mejor película de la historia del cine es “Armageddon”.

Porque claro, encontrarse al indestructible Bruce Willis con estos dos artistas del azul y el naranja, “teal & orange” dicen los americanos, no es ni más ni menos que el camino más corto al éxtasis.

Y más si en la trama incluyes espacio, meteoritos y un reloj con una cuenta atrás marcando el momento exacto en el que la humanidad quedará reducida a cenizas.

Por el amor de Dios, ¿es que no lo veis?
¡Es insuperable!

¿Una misión para el Presidente?

Pero hete aquí, que a diferencia de otros “films” de factura americana, no es el Presidente de los Estados Unidos de América quien salvará al resto de los mortales de este triste final.

En su lugar, un bizarro y variopinto grupo de perforadores son los que arriesgarán su cuello por el bien y la supervivencia de un mundo al que en muchas ocasiones miran con extrañeza y del que no se sienten parte.

Quizás por eso no tienen inconveniente en embarcarse en esta misión suicida.

Y no lo digo tanto por el objetivo de la misma. Bruce Willis y la NASA se sobran y se bastan para (tome aire y lea rápido)

“utilizando dos naves experimentales y después de acelerar a velocidad absurda dando una vuelta alrededor de la luna, llevar varias cabezas nucleares hasta un meteorito donde tendrán que hacer un agujero enorme donde meter los explosivos, detonarlos y salvar al mundo mientras salen ilesos mirando a cámara y cerrando la peli con una frase mitad chiste de esas que hacen historia” (nótese la ausencia voluntaria de signos de puntuación).

Si se trata de una misión suicida es porque nuestros aspirantes a héroe tendrán que vérselas con mil y un obstáculos interpuestos, no solo por el maldito meteorito, sino especialmente por “el Presidente de los Estados Unidos de América y sus soldados súper experimentados”. Todos ellos acompañados de esas carpetas de anillas con manuales que dicen “esta es la forma correcta de hacer las cosas”.

Y claro, qué casualidad. En el momento en el que la misión se tuerce, aparecen “el Presidente de los Estados Unidos de América y sus soldados súper experimentados” imponiendo un plan ultra secreto, que lejos de salvar a la humanidad, lo que conseguirá es acabar con ella.

¿Y tú de qué lado estás?

Evidentemente, con este panorama no puedo perder la oportunidad de establecer un claro paralelismo entre esta trepidante historia y la realidad que vivo día a día junto a muchas empresas que pelean con uñas y dientes por sobrevivir y triunfar.

Frente a la rigidez y el “aquí hay que hacer las cosas así” del mencionado Presidente, surge el liderazgo férreo pero benévolo de Harry (Bruce Willis). Un liderazgo sobre el terreno capaz de marcar las líneas maestras del plan que entre todos tendrán que ejecutar para salvar al mundo.

Así, frente a la disciplina exacerbada y el “aquí siempre se han hecho así las cosas” de los súper soldados, surge la pasión y un caos organizado del apasionado equipo de perforadores. Un equipo que en conjunto es invencible, pero que a nivel individual no serían capaces de cruzar la acera.

No hay duda de que en condiciones normales las estructuras piramidales y cumplir lo establecido puede ayudarnos a mantener una empresa a flote. Así ha sido durante los últimos cincuenta años.

Pero la realidad es que en las condiciones de extrema incertidumbre en las que vivimos, muy similares a las sufridas en el meteorito por nuestro equipo de valientes, el éxito se consigue si abordamos nuestra misión con un liderazgo y métodos adaptados a dicha incertidumbre.

Veamos en detalle cómo.

La misión y el Foco Foco Foco

Al igual que para que un plan salga bien lo más importante es tener un plan, para triunfar en una misión, lo crucial es definir de manera clara y concisa cuál es el objetivo que queremos abordar.

Harry y su equipo de perforadores lo tienen claro. Tienen que salvar al mundo. Y harán todo lo posible por salir victoriosos independientemente del camino que sigan hasta alcanzar el éxito.

En una empresa, ese “salvar al mundo” debemos sustituirlo por un “satisfacer las necesidades de nuestros clientes”. Algo que implica tener claramente identificado:

  • Quién es nuestro cliente
  • Qué necesita realmente.

Lo demás son artificios innecesarios que lejos de ayudarnos en nuestro objetivo, no harán más que apartarnos del camino correcto malgastando tiempo y dinero.

Pero volvamos a nuestros improvisados astronautas. ¿Qué hubiera sido de la Tierra si su misión se hubiera enfocado en un plan riguroso e inamovible?. Hubieran intentado hasta el final llevarlo a la práctica sin darse cuenta de que había otras opciones más factibles.

Es lo que ocurre en las empresas cuando la misión se sustituye por un producto o servicio concreto desde el inicio, y no por analizar quién es nuestro cliente, qué necesita y encontrar a posteriori cuál es el mejor camino para satisfacer dichas necesidades.

Es ahí y solo ahí donde debemos poner el Foco Foco Foco.

El dictador benévolo y su equipo de perforadores

Menuda situación. Explosiones, cambios de gravedad y magnetismo, rocas impenetrables,… Antes de embarcarse en esta aventura, Harry y su equipo sabían que la misión iba a ser difícil, pero no alcanzaban a imaginar cuánto.

Se las iban a tener que ver en un ambiente hostil que exigía acciones ágiles y contundentes, capaces de aprovechar al máximo las capacidades de cada uno de nuestros valientes protagonistas.

Así, mientras la cadena de mando en la Tierra tomaba una decisión, Harry ponía en marcha varias. Mientras los generales en sus despachos analizaban el siguiente paso, en el meteorito todos perforaban.

Solo trabajando unidos bajo un liderazgo férreo pero benévolo, nuestros amigos superaron la misión.

Un liderazgo riguroso e incluso dictatorial a la hora de marcar las líneas maestras del plan de acción a seguir, pero lo suficientemente generoso como para que su equipo decida cómo ponerlo en marcha.

Es el liderazgo del dictador benévolo. Un concepto definido por Salim Ismail en “Organizaciones Exponenciales” y que resulta clave para competir con garantías en el mundo de extrema incertidumbre en el que vivimos.

Y eso sí, un dictador que no conseguirá nada sin un valiente equipo dispuesto a arriesgarlo todo para poder ejecutar su plan y ganar. Un equipo de intraemprendedores bizarros.

El Plan del Héroe

El problema es que el reloj sigue imparable descontando segundos antes de la destrucción total.
Harry y su equipo están listos. Todos tienen claro cuál es su misión.

¿Cómo serán capaces de armar un plan de acción con la agilidad que la situación demanda?
¿Cómo se enfrentarán a los cambios y ajustes constantes que tendrá que realizar?

Es ahí donde “El Plan del Héroe” entra en acción. Y no solo en su versión metafórica sino también real.

“El Plan del Héroe” es el nombre del método ágil y sistemático que nos llevará a definir qué pasos seguir para enfocar y triunfar en nuestra misión.

Un método y herramientas capaces de unir lo mejor de Lean Startup y la generación de modelos de negocio, con el marketing y la estrategia, y del que todos aquellos que busquen cambios positivos significativos podrán beneficiarse, sean grandes o pequeños.

Para ello, “El Plan del Héroe” aporta un modelo gamificado que apoyándose en la historia clásica de héroes y villanos y un tablero de batalla, nos permitirá trabajar la estrategia y táctica de nuestra empresa con la misma intuición con la que abordamos un juego, pero con la seriedad y rigurosidad que exige la ocasión.

Algo fundamental para poder aprovechar el conocimiento del cliente por parte de todos los miembros de la empresa, estableciendo un discurso y entorno de trabajo común y accesible.

¿Estás listo para el Armageddon?

Si algo tengo claro es que hoy en día todas las empresas y profesionales estamos amenazados por un meteorito que avanza hacia nosotros. Irá más rápido o más lento. Pero no tengas ninguna duda de que tarde o temprano puede llegar e impactar.

En tu mano está cómo afrontar esta situación.

Puedes invocar al “Presidente de los Estados Unidos de América y sus soldados súper experimentados”, o buscar a Harry y su bizarro equipo de perforadores.

Puedes seguir imponiendo el “aquí hay que hacer las cosas así” o fomentar un liderazgo dictatorial pero benévolo.

Puedes confiar en el “esta es la forma correcta de hacer las cosas” o apostar por un manual de batalla ágil, eficiente y listo para la acción como es“El Plan del Héroe”.

La incertidumbre no desaparecerá.
Tampoco las sorpresas e impedimentos lo harán.

Pero al menos ahora podrás mirar a cámara y con energía y determinación decir: “¡Chicos! Tengo un plan, el plan del héroe y con el vamos a ganar”.

Fighting!

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Comments
  • Alex Dantart

    El «Presidente de EEUU y sus soldados» pueden hacer la misión, pero más por «su deber» que por «su querer».

    Cuando he podido escoger, he preferido siempre a «Harry y su bizarro equipo», ya que tienen la pasión, el «estómago» y la garra para concentrarse en el «foco, foco, foco» y completar la misión (y salvar a la chica, que en este caso es, de las garras de la posible «soledad» por quedarse sin novio y/o padre 😉

    Excelente artículo Dani.